Después de varios días buscando información sobre exorcismos actuales, nos encontramos con la crónica de un periodista español que presenció de primera mano el enfrentamiento entre un cura católico y el diablo, encarnado en cuerpos humanos. Este informe especial, digno de ser incluido en ZN-Revista, revela detalles sobre esta práctica milenaria y la sorprendente semejanza que tiene con lo que hemos visto en películas.

Un Santuario de Fe y Miedo

En el santuario de la parroquia de Santa Eulalia de Losán, a 15 kilómetros de Lalín, Galicia, cada 23 y 24 de junio, los fieles acuden en masa para curarse del “meigallo” o embrujamiento, y liberarse de las posesiones diabólicas. La escena vivida allí es dantesca: gritos, insultos, convulsiones, y la lucha del sacerdote por expulsar al demonio de los cuerpos poseídos. Aunque los exorcismos están generalmente prohibidos para los párrocos, en Galicia, el padre José Donsión en O Corpiño y José Luis Portela en San Campio cuentan con la aprobación del Vaticano para realizarlos.

El Exorcismo en Vivo

El periodista Eduardo Rolland, de La Opinión de La Coruña, tuvo la oportunidad de presenciar uno de estos exorcismos en Lalín. En la ceremonia, oficiada por el padre José Donsión, tres mujeres afirmaban estar poseídas por Satanás. La voz del sacerdote resonaba con autoridad mientras avanzaba hacia una de las mujeres, que se contorsionaba en el suelo, gritando y echando espuma por la boca.

La escena era sobrecogedora: en el banco cercano, el marido de una de las poseídas rezaba con recogimiento, mientras otras dos mujeres gruñían, gritaban y se retorcían violentamente. El sacerdote continuaba su ritual con una cruz de Caravaca en la mano, ordenando al demonio que saliera de los cuerpos. La intensidad del momento aumentaba a medida que las posesas proferían blasfemias y eructos, mientras el sacerdote mantenía su determinación.

Un Sacerdote Experimentado

El padre José Donsión, considerado uno de los mayores expertos en exorcismo en España, se enfrenta a estas situaciones con una mezcla de fe y práctica. «El diablo prefiere poseer a los buenos; los malos ya son suyos», comenta Donsión, quien a pesar de las reservas de la Iglesia sobre el tema, continúa su misión de liberar a los poseídos.

Donsión explica que durante un exorcismo, se manifiesta un “doble espíritu” en la persona: el alma humana y el demonio, que se alternan en el control del cuerpo. A veces, no basta con una sola sesión, y el proceso puede durar semanas o incluso meses. Sin embargo, el sacerdote se muestra confiado en su habilidad para vencer al demonio, una lucha que, según él, siempre termina con la victoria de Dios.