La Noche de Halloween que Cambió sus Vidas: La Aterradora Experiencia con una Ouija

Por: Maury Agüero

Hace un tiempo, un grupo de cinco jóvenes decidió, como era su costumbre cada Halloween, jugar con una tabla Ouija. Este tablero, supuestamente capaz de establecer contacto con los difuntos, fue llevado por el grupo a un lugar emblemático: el monumento de la corona en la plaza de La Alameda. Este sitio cumplía con los requisitos que ellos consideraban esenciales para el «juego»: un lugar limpio, santificado, concurrido durante el día y vacío en la noche, y con una infraestructura que imitaba la estrella de David, similar a la que aparece en la tabla.

Un Encuentro Inesperado

El juego comenzó a las 3:00 de la madrugada. Después de pronunciar las palabras necesarias para el ritual, el grupo hizo contacto con un espíritu conocido por ellos como Maryah, una mujer del siglo XIX que solía actuar como mediadora entre los vivos y otros espíritus. Aunque al principio todo parecía transcurrir de manera normal, pronto las cosas tomaron un giro inesperado.

Maryah contactó primero con un espíritu benévolo, que se presentó como Henodag. Este espíritu manifestó conocer a uno de los chicos y predijo que su hijo llevaría su mismo nombre y estaría con él toda su vida. Esto desconcertó al grupo, especialmente porque Henodag afirmó haber gritado a uno de ellos en una ocasión pasada, un detalle que añadía más misterio a la situación.

La Solicitud Inquietante

Antes de retirarse, Henodag pidió un cigarrillo. Sorprendentemente, uno de los chicos tenía un cigarrillo en su bolsillo y, siguiendo las indicaciones del espíritu, lo encendió y lo colocó en una pequeña caja de acrílico utilizada como copa. Para asombro de todos, el cigarrillo comenzó a consumirse rápidamente, llenando la caja de humo. Esta experiencia, aunque extraña, les resultó fascinante y decidieron continuar con el juego.

La Oscura Apuesta

A pesar de las advertencias de Maryah, los jóvenes decidieron arriesgarse aún más e intentaron contactar con un espíritu maligno. Ignorando las advertencias, insistieron en su petición hasta que, finalmente, lograron hacer contacto con un ente que se mostró hostil desde el principio. Este espíritu comenzó a trazar el símbolo del infinito en la tabla de manera brusca, generando un ambiente cada vez más tenso.

El encuentro terminó abruptamente cuando Maryah decidió despedirse definitivamente de los chicos. En ese momento, las luces de la plaza se apagaron, y dos policías aparecieron repentinamente. La caja de acrílico, que estaba boca abajo, terminó dada vuelta, cerrando el episodio de manera inquietante.

Consecuencias Inesperadas

Después de aquella noche, los jóvenes nunca volvieron a jugar con la Ouija. Sin embargo, uno de ellos siguió siendo perseguido por los eventos de aquella noche. Al reflexionar sobre las palabras de Henodag, recordó una experiencia previa de viajes astrales, en la que una voz desconocida lo había ayudado a regresar a su cuerpo. Tiempo después, cuando nació su hijo, descubrió con sorpresa que el nombre que había elegido para él combinaba las mismas letras del nombre del espíritu que había contactado aquella noche de Halloween.

Este relato escalofriante deja en claro que hay fuerzas que no comprendemos y con las que es mejor no jugar.


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