Una noche en Radio Valle Viejo, cuatro jóvenes llegaron para presenciar ZN en vivo: Nery Luna, Nahuel y Matías Lingua, y Leandro Guananjay. Durante la charla, uno de ellos recordó una experiencia extraña que vivió en 2009, volviendo de la casa de una amiga alrededor de las cuatro de la madrugada.
El Hombre en la Bicicleta
Cerca de la entrada al barrio Tabacalero, mientras viajaba en su moto a baja velocidad, un hombre en bicicleta apareció desde un callejón y le pidió que le iluminara el camino porque estaba muy oscuro y le daba miedo. El joven aceptó, reduciendo aún más la velocidad, y ambos comenzaron a conversar mientras avanzaban juntos. El hombre le habló del Día del Padre, que estaba próximo, y le recomendó que se portara bien, cuidara de sus padres y creyera en Dios.
Cuando dejaron atrás el barrio Tabacalero, camino al barrio La Antena, el hombre agradeció la compañía y se despidió. Sin embargo, a los pocos segundos, el joven notó que aún estaban en una zona oscura, por lo que volvió la vista para ofrecer más ayuda, pero el hombre había desaparecido. Las luces de su moto lo habrían alcanzado, pero no había rastro de él. Curiosamente, el año pasado, al mismo joven le ocurrió algo similar cerca de la fecha del Día del Padre, esta vez mientras caminaba. Una figura lo acompañó por algunos metros antes de desvanecerse nuevamente.
El Enorme Pájaro del Miedo
Otro de los chicos relató una experiencia en Valle Viejo, cuando una noche se dirigía a un quiosco cercano para hacer una compra. Mientras caminaba por la vereda de una casa, se encontró con un enorme pájaro, de más de un metro de alto. Paralizado por el miedo, lo observó, y cuando intentó avanzar, el ave extendió sus enormes alas, intensificando su temor. El pájaro finalmente levantó vuelo, y el joven corrió hasta el quiosco para contarle a la mujer que atendía, quien se rió de él.
Más tarde, supo que la mujer era sospechosa de practicar esoterismo, y que otro vecino había tenido una experiencia similar. Este vecino, volviendo de trabajar a las cuatro de la mañana, se encontró con el mismo pájaro, que caminaba como una persona. Cuando el animal abrió sus alas, el hombre corrió hasta su casa, llegando pálido y sin poder hablar del susto. Nunca hubo una explicación para estos encuentros, dejando un aire de misterio en el barrio.
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