En la madrugada del lunes 7 de noviembre, mientras conducía mi programa de trasnoche en Radio Valle Viejo, un inesperado suceso capturó la atención de todos en el estudio. Celebrábamos el 24 aniversario de la emisora con saludos de oyentes y música, cuando noté una expresión de sorpresa en el rostro de Omar Pacheco, nuestro operador responsable de la puesta al aire. Omar miraba hacia la puerta de su sala, la cual no podía ver desde mi posición.
Pocos segundos después, Omar escribió en el chat interno que usamos para comunicarnos: «acaban de abrirme la puerta». Confundido, le hice la señal de «¿quién?», pero él solo se encogió de hombros, indicando que no tenía idea. Me levanté y fui a su sala, donde me explicó que algo o alguien había empujado la puerta, abriéndola casi hasta la mitad. Es importante mencionar que esa puerta no puede abrirse sola debido a un brazo neumático que asegura su cierre automático.
Intentamos buscar una explicación lógica, pero ninguna posibilidad parecía viable. Finalmente, comenzamos a considerar la posibilidad de una experiencia paranormal, un tema propio de nuestro programa «Zona Negra». Omar, quien siempre había mostrado indiferencia hacia estos temas, se veía visiblemente afectado. Ni él, ni la persona que atendía los teléfonos esa noche, ni yo pudimos llegar a una conclusión sobre lo ocurrido. Sin embargo, lo más sorprendente aún estaba por venir.
Más tarde ese lunes, solicité en Administración de la emisora que me permitieran revisar las cámaras de seguridad, que registran las 24 horas todos los movimientos en puntos estratégicos. Primero, observamos el momento en que Omar miraba con asombro hacia la puerta, pero la cámara no alcanzaba a captar la puerta misma. Luego, buscamos en otra cámara que enfocaba hacia el pasillo, donde debería haberse registrado el momento exacto del movimiento de la puerta. Para nuestra sorpresa, el segmento de la filmación entre las 01:24 y las 01:28 había desaparecido. Ese tramo de cuatro minutos, crucial para entender lo sucedido, estaba misteriosamente ausente.
Es relevante señalar que, aunque en varias ocasiones anteriores se había recurrido a estas filmaciones, nunca había ocurrido algo similar. El hecho de que solo ese segmento específico estuviera perdido refuerza la certeza de que algo extraño ocurrió esa noche. Como decimos en broma cuando algo raro pasa: «¡es para ZN!»
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